By @PaseAl_Hueco
Con un cielo despejado, basta ver en la tierra a un
animal moribundo para que empiecen ha aparecer buitres de la nada, poco importa
si el animal en cuestión ha sido herido por un tercero o se ha auto lesionado,
y en estas aparecen hienas ansiosas de carroña, que le recuerdan al sentenciado
todos y cada uno de los errores que ha cometido en el pasado, como si no
hubiese pagado por ellos, y como si su actual condena no fuera suficiente.
Al poco de conocerse la noticia del positivo por
supuesto consumo de cocaína del jugador del Granada, Dani Benítez, primero
fueron las redes sociales las que daban credibilidad al medio que adelantaba la
noticia, medio defenestrado y calumniado en infinidad de ocasiones por los
mismos que no dudaron ni un segundo, cuando la noticia en cuestión no era de su
agrado o interés, en tacharlo de manipulador.
Diarios nacionales se hacían eco de la información y
algún panfleto se permitió hasta hacer una broma, sin absolutamente nada de
gracia en sus titulares, algo así como “Dani Benítez se ha pasado de la raya”, demostrando
bastante mal gusto, falta de profesionalidad o directamente déficit mental
grave, porque aún citando al primer periódico que adelantó la noticia, faltaron
el respeto sin ni siquiera esperar al contraanálisis, ni contrastar la noticia,
algo que desgraciadamente ya no es sorpresa en este país.
Vergüenza, la que debe sentir el jugador si se
confirma la sanción, es la que le faltó al Presidente de su club cuando dio
credibilidad a esa información y lo expuso a la opinión pública, lamentando no
poder sacar un dinero por un hipotético traspaso y dejando claro que su intención
era el despido inmediato del futbolista, sin ni siquiera darle un margen de
confianza, sin pensar en ningún momento como se debe sentir esa persona, sus
familiares y amigos.
Esa condena ya la está pagando el jugador, y no veo
la necesidad de seguir atormentándole, muchos otros han sido “absueltos” de sus
pecados por los aficionados al fútbol, algunos hasta convertidos en leyenda,
entre ellos nombres como Best, Maradona o Pep Guardiola, a los que en su
momento se les ofreció el respeto que merece cualquier persona, y que sea la
justicia la que le ponga la correspondiente sanción, y no nosotros, los que terminemos por convertirnos en buitres.
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