By @PaseAl_Hueco
He de reconocer que tenía un poco abandonado el blog, quizás, porque en la actualidad del mundo del fútbol no había nada que me pareciera lo suficientemente importante, al menos no tanto como para desarrollar un tema si ya me había explicado por Twitter, si es que en algo interesa la humilde opinión de un servidor.
He de reconocer que tenía un poco abandonado el blog, quizás, porque en la actualidad del mundo del fútbol no había nada que me pareciera lo suficientemente importante, al menos no tanto como para desarrollar un tema si ya me había explicado por Twitter, si es que en algo interesa la humilde opinión de un servidor.
En la mañana de hoy, en mi habitual repaso a la
prensa deportiva internacional me sorprende, a la par que me indigna, que la
mayoría de las portadas que reflejan el pase del Napoli a la final de Coppa en
Italia lo hacen con una imagen de la celebración de Diego Maradona en la grada
de San Paolo, sin la más mínima intención de desprestigiar al que ha sido el
dios del fútbol, me invade la rabia porque, que yo recuerde ni él había anotado
los goles, ni por supuesto dirige al club desde el banquillo, y es ahí donde me
quiero centrar, en la figura de un entrenador, que no solo en Italia, en gran
parte de los muchos sitios en los que ha cosechado éxitos, no se le ha valorado
en su justa medida, he aquí mi perfil a Rafael Benítez Maudes, el caballero en
la sombra.
Nacido en Madrid, el 16 de Abril de 1960, se formó
como jugador en las categorías inferiores del Real Madrid, pese a que su padre
Francisco era ferviente seguidor del Atletico de Madrid, aunque eso nunca supuso
un problema a la hora de apoyar a Rafa en sus inicios, su madre, Rosario, en
cambio, siempre mostró más simpatía por los blancos, con el juvenil A alzó el título
de campeón nacional, y su sueldo de 2000 pesetas lo usaba para pagarse sus
estudios de Educación Física en el INEF, el mismo cuenta, que tras correr 45
minutos desde la universidad hasta el entrenamiento no necesitaba calentar.
Cuando pertenecía al Real Madrid Aficionado, y
estando a un paso del Castilla, filial del equipo blanco, es convocado por la
selección española para un torneo universitario que se disputaría en México en
1979, pero una grave lesión lo apartó de todo eso y lo mantuvo 6 meses alejado
del fútbol, cuando volvió le esperaba una cesión a la
UD Parla, de 3º División, donde estuvo
cuatro años, aunque como él mismo cuenta su carrera como futbolista tenía fecha
de caducidad, y lo hizo en el Linares, tras no recuperarse de la lesión de
rodilla.
Aquel tiempo, que pudo parecer de fatalidad no lo fue
tanto, sus inquietudes iban más por el terreno táctico, amante de la
estrategia, es muy conocida su afición por el ajedrez, Rafa empezó a
desarrollar ideas muy claras en cuanto al fútbol, convicciones de alguien que
vislumbraba su trabajo en un futuro como entrenador del deporte que amaba.
El mundo del fútbol a esos niveles no daba para
vivir, así que ejerció de maestro de Educación Física en numerosos centros de
la capital y director técnico en gimnasios, hasta que volvió a las categorías
inferiores del club en el que se formó, el Real Madrid, esta vez para dirigir
en La Fábrica.
Con un equipo de trabajo como el que formaban,
Vicente Del Bosque, en la dirección de fútbol base, Ramón Martínez, como
director de fútbol y Luis Molowny como manager general, Rafa Benítez ascendió en
diferentes categorías y ganó dos copas y una liga en las tres campañas que
dirigió al Real Madrid sub 19.
Tras
su paso por el Castilla, llegó a ser segundo entrenador del primer equipo, como
el mismo reconoce, había llegado su momento de abandonar la casa blanca para
emprender en solitario su camino en los banquillos, y fue el Real Valladolid el
que apostó por su servicios, con plantilla suficiente para competir en segunda
división, a 15 días del comienzo de la temporada el club es ascendido de categoría
debido a las deudas de dos clubs en primera, con lo
que una oportunidad increíble de entrenar a primer nivel se convierte en su
propia trampa, dado que la plantilla de los pucelanos carecía de nivel para
competir en la máxima categoría.
Ese fue su primer cese como entrenador, después vendría
otro, en el Club Atlético Osasuna, cambio de objetivos marcados y la situación
deportiva que de nuevo se volvía en contra del técnico que fue cesado de su
cargo a la novena jornada.
Lejos de venirse abajo, lo volvió a intentar, en el
CF Extremadura, un humilde equipo, una ciudad de tan solo 38.000 habitantes que
vio como su equipo, con muchisimo trabajo, ilusión y esfuerzo conseguia el
segundo ascenso de su historia a primera División, fueron momentos de gloria
los que se recuerdan en la ciudad extremeña. La imagen de Rafa saliendo a
hombros del Francisco de la Hera,
exultante, aclamado por la afición, pero la pésima gestión de una directiva
mediocre, y de esto puedo hablar con propiedad, acabó con un cambio de aires
del entrenador, por según el que fuera presidente “No ser el mister adecuado
para el club”.
La verdadera historia tiene mucho que ver con el
dinero que movían estos secuaces, ladrones del fútbol, hijos del barro de los
que ahora vienen estos lodos, un entrenador profesional, sin los gustos por el
alcohol y clubs de alterne, meticuloso en su trabajo, poco amigo de las fiestas
y la exposición a medios de comunicación, no era lo suficientemente bueno como
para dirigir al CF Extremadura, muy buen ojo, si señor, por cierto este club ya
no existe como tal, aquellos carroñeros, amantes de todos los vicios, terminaron
por destruirlo desde dentro.
Benítez comenzó una nueva andadura en el CD Tenerife,
alli volvió a conseguir el ascenso en una última jornada épica ante el Leganés,
la siguiente temporada vino su primer gran contrato, con 31 años el Valencia le
ofreció la oportunidad de dirigir al club de la ciudad del Turia, con el que
levantó 2 ligas y una copa de la Uefa. Tras
recibir de las manos del presidente Manuel Llorente la insignia de Oro y
Brillantes del club, Benitez quiso abrir fronteras en su carrera y se convirtió
en el primer técnico español en dirigir en la Premier League, nada menos que
al legendario Liverpool.
En la ciudad de los Beatles comenzaba la historia de
amor, como muchos la califican de Rafa y el Liverpool, noches de gloria las que
se vivieron a orillas del Mersey, con la consecución de cuatro títulos incluida
la Champions League,
con aquella final de Estambul ante el Milan, uno de los partidos mas
emocionantes y trepidantes que se recuerdan en la historia del fútbol.
Rafa dejó Inglaterra con la sensación de haber
cumplido un ciclo, exitoso de nuevo, y emprendió su aventura en otro gigante
del fútbol, el Inter de Milan, en 5 meses levantó Supercopa de Italia y Mundial
de Clubs, algo que no fue suficiente para la directiva que decidió rescindir el contrato del director técnico.
Tras un tiempo alejado de los banquillos, llega al
Chelsea, para sustituir a Roberto Di Matteo, con los bleus, y en un ambiente de
crispación por parte de los aficionados locales que no olvidaban su pasado “red”
Rafa vuelve a levantar un título europeo, se trata de la
Uefa Europa League ante el Benfica, y
consigue la clasifiación para disputar la Liga de Campeones al año siguiente, año que no se
sentará en el banquillo de Stamford Bridge.
Comenzaba este articulo hablando de la época actual,
y es que este equipo tiene la esencia de Benítez, Napoli ya es finalista de
Copa, ocupa una posición privilegiada en Serie A, de hecho, entre los logros de
esta temporada, aún por terminar ya figura el del mejor inicio en la historia
del club en liga, un equipo joven, comprometido, con las ideas de su entrenador
puestas sobre el césped, estoy convencido del éxito de Rafa, como lo estoy de
que un día, se le valorará como merece por todo lo bueno que ha aportado al fútbol,
por sacar el máximo rendimiento a sus futbolistas, por alejarse de los focos,
por el trabajo incansable que hace y por su enorme profesionalidad, Rafa Benítez, el caballero en la sombra.
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