El infinito peso
de nuestras acciones planea sobre nosotros, una losa de 100 millones y la
sombra alargada de Kaka hacen del fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid
algo preocupante, y es que el galés que llegó apurando el cierre del mercado de
fichajes tras declararse en rebeldía, no solo no ha podido demostrar
deportivamente su valor si no que siembra miedos e incertidumbre sus continuas
lesiones, el prometedor debut en El Madrigal con gol incluido queda en mera anécdota
cuando el ex jugador del Tottenham vuelve a resentirse de diversos problemas
musculares que impiden su continuidad en el juego, solo 107 minutos disputados
es un bagaje demasiado pobre para quien presumiblemente venía de ser conocido
como un auténtico “Iron Man”.
La edición de hoy del Diario Marca advertía que el jugador
de Cardiff padecía una hernia discal y problemas en distintas vértebras, que en
un principio no le causaban dolor, pero que podría derivar en tener que pasar
por el quirófano manteniéndolo de baja 4 meses, el club que preside Florentíno
Pérez ha desmentido previo comunicado la información del diario deportivo, pero
en su afán por desmentir, a mi personalmente no me queda muy claro cual es el
mensaje que realmente se quiere mandar, en un extracto del texto dice así “Se desmiente que el jugador padezca una
hernia discal” y acaba admitiendo que el galés padece “Una pequeña protrusión discal
crónica, que no le supondrá problema ninguno para realizar su actividad
profesional”
Al margen del movimiento deportivo, para mi innecesario
viendo las carencias del equipo en otras posiciones y las virtudes del mismo en
la demarcación que ocupa habitualmente Bale, hay que rescatar que durante la
rebeldía del jugador para presionar su salida al club blanco, estuvo sin
entrenarse casi dos meses, por supuestas molestias, en los que por supuesto
tampoco disputó partidos oficiales ni con Tottenham ni con la Selección de Gales. La
presión debido a la cantidad pagada por él y la expectación que llegó a
levantar su fichaje llevaron a Carlo Ancelotti a contar con el jugador mucho
antes de lo debido, sin pensar en las catastróficas repercusiones que tiene para
un jugador que depende de su físico, no haber realizado una pretemporada en óptima.
El resultado es que, ahora mismo hay más incógnita que ilusión
con la llegada de Gareth Bale, la sombra de Kaka, el rotundo
fracaso deportivo y económico que supuso su fichaje, su periplos con las
lesiones y su eterna resurrección han acabado con el brasileño traspasado
gratis al ACMilan, por cierto también está lesionado, los peores augurios se
ciernen sobre Concha Espina.
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