Una vez oficializada la salida de Thiago Alcántara del FC.Barcelona a cambio de 20M€ al Bayern Munich, se avecinan semanas de tormenta para la directiva blaugrana encabezada por Sandro Rosell.
En estas últimas semanas, al máximo responsable del conjunto culé, las bofetadas le han venido desde distintos lugares, a las palabras de anterior técnico de la plantilla, Pep Guardiola, acusando al mandatario de haber utilizado la enfermedad de Vilanova para hacerle daño, entre otras muchas lindezas, sumamos la falta
de palabra, ética moral y humana, que han demostrado con Eric Abidal, prometiéndole la renovación de su contrato mientras superaba una gravísima enfermedad y no cumpliendo esa promesa, escudándose en una cláusula absurda en la que no habría cumplido un determinado número de partidos, mismamente un apartado parecido es lo que ha permitido a Thiago salir del club por una cantidad menor a la que hubiese ascendido de haber colmado los minutos necesarios durante la temporada, la anunciada marcha del portero Víctor Valdés, a final del año 2014, y las declaraciones del actual técnico, Tito Vilanova, en la cual delimitaba sus funciones al papel exclusivo del entrenador, han mermado la imagen de Sandro Rosell y su séquito.
Andoni Zubizarreta y Tony Freixa, que como si de pan y circo
se tratara y con total y absoluta falta de transparencia en el precio final, intentaron
desviar la atención de socios y aficionados con el fichaje del brasileño
Neymar, fantástico jugador por otra parte, pero que no le alcanza, al menos de
momento, para tapar las miserias de una junta directiva que hace aguas desde el
comienzo de su mandato.
La baja de Thiago, unida a las salidas de Deulofeu, joya de la cantera de 18 años que se ha marchado cedido al Everton, Fontás, central cedido al Celta, el máximo goleador del equipo nacional, David Villa traspasado por una cantidad irrisoria al At.Madrid, rival directo, por 2´1M€ y 2 millones más la temporada que viene, otra cesión más como la de Rafinha, dejan al Barcelona con importantes lagunas en la plantilla, sobre todo en la parcela defensiva y en el centro del campo y vuelven a mostrar la incapacidad de un director deportivo en vender o dar salida económicamente rentable a jugadores como Bojan, Afellay o Cuenca.
En el plano deportivo actual las cosas no van mucho mejor,
si bien es cierto el “Barça” ganó la liga con muchísima comodidad, ayudado por
la mediocre temporada de su máximo rival, el Real Madrid, pero sin quitarle un ápice
de valor al título, no fue del todo celebrado por la imagen que dio el club en
distintas fases de la campaña, hasta caer estrepitosamente por un parcial de
7-0 ante el Bayern Munich, posteriormente ganador de la Champions y actual
equipo del entrenador que llevó al club catalán a ser el mejor equipo del Mundo.
La temporada comienza con la búsqueda imperiosa de un
central de garantías, los continuos problemas de Puyol, y la reconversión de
Mascherano dejan al argentino junto a Piqué y Bartra como únicos centrales
puros, el canterano no goza de la confianza de Vilanova y no se descarta su
salida, puede que algún medio centro, atrasar la posición de Cesc o Iniesta
para poder dosificar los esfuerzos de Xavi en otra temporada muy exigente y en
año de Mundial, darle la responsabilidad a Sergi Roberto,
Si algo tiene el fútbol es que sabe tapar las miserias a
través de resultados, y basta con que Rosell haga una incorporación de renombre
como el central Thiago Silva, aún está por ver, para que la gente se entusiasme
otra vez y olvide que los que gobiernan el club, son los mismos que lo están
condenando, si bien es cierto hoy es turno de hablar del FC.Barcelona, pero
esta lacra de dirigentes incompetentes, amparados en el egoísmo personal y a
veces hasta político son los que corrompen el deporte que tanto amamos, la
sensación es que a Rosell no le queda demasiado tiempo como presidente, la
realidad es que seguramente los que le sustituyan sean igual de necios e
irresponsables.
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