La gloria nunca se escribió sin sufrimiento y eso lo sabia La Rosaleda, el ambiente no
se podía comparar con el de otras noches porque nunca hubo una igual, al grito
de “Si se Puede” desde mucho antes del comiendo se comían los nervios el público
y jugadores a sabiendas de que estaban a
las puertas de entrar en el Olimpo del fútbol, y en esas tesituras se encontró
el Mága ante un rival fisicamente muy superior y con una manera de entender el
fútbol a la que por desgracias no estamos acostumbrados teniendo en cuenta que
venia con la eliminatoria en ventaja, su altísima presión ahogaba la salida del
balón de los blanquiazules, y con el control del balón los ataques lanzados por
Moutinho y Lucho se sucedían, abrió en campo con Defour y varela y la espalda
de los centrales era ganada una y otra vez por un portento de la Naturaleza, Jackson
Martínez, el colombiano obligaba a Weligton a corregir una y otra vez las
posiciones de sus laterales, el Málaga se sacudía el dominio con el intento de
contragolpes pero la consigna de anular cualquier acción con falta de los de
Vitor Pereira ralentizaba una y otra vez los ataques, esto le acabaría pasando
factura a los lusos porque una de esas faltas que hizo Defour con una patada a
la altura de la cara a Isco acabaría en una amarilla que a la postre sería
definitiva para el devenir de los acontecimientos, el partido andaba en el filo
de la navaja cuando una pelota suelta en el área de Helton es aprovechada por
Baptista, el fallo estrepitoso del portero portugués hace que el balón le
llegue a Saviola que hace el gol, inexplicablemente anulado por el colegiado
italiano, tras ver la jugada varias veces no consigo explicarme porqué privó al
Málaga de ese tanto, lejos de amedrentarse los de Manuel Pellegrini, quizás
clamando justicia divina se desperezó y apareció un hasta entonces casi
secuestrado Isco, el balón le llegó a los pies y cuando esto ocurre no te queda
nada más que admirar a un chico con 21 años como lanza un derechazo que se
clava en la escuadra de la red del Oporto, grandioso golazo, desató la locura,
y llenó de confianza a un equipo que hasta ese momento había sido superado en
intensidad y juego.
La segunda parte encontró a un Málaga más
confiado y más tranquilo a sabiendas de que el físico podría pasarle factura, y
con un Oporto sin su máximo exponente creativo, Moutinho por molestias se quedó
en el vestuario y el colombiano james entró en su lugar, los lusos habían
perdido la esencia, el portugués es la auténtica pieza clave de este equipo, en
estas Joaquín arranco por banda derecha y Defour le asestó una tremenda patada
al tobillo si medir ni el daño ni las consecuencias, la amarilla antes relatada
hizo que el extremo portugués ni siquiera protestara cuando Rizzoli le mostró
la segunda y por consiguiente la expulsión, muchísimo tiempo por delante,
confianza y un hombre más sobre el campo, era el momento y todos lo sabían,
Isco se erigió como hombre orquesta, mucho más participativo y creando infinito
peligro con sus constantes cambios de posición, Saviola muy voluntarioso,
Baptista apuraba las fuerzas que le quedaban y al fin Iturra y Toulalan se
hicieron dueños y señores del centro del campo, el carrusel de cambios fue llegando
Atsu entró por los lusod esperando cazar alguna contra , y Santa cruz en los
malagueños por un fatigado Baptista ,y precisamente fue el paraguayo el que
remató con el alma de La
Rosaleda, Andalucía y España entera un centro medido desde la
esquina de Isco, no era el remate más estético pero era el remate de la ilusión,
la de una afición que ha vivido la cara más amarga del fútbol, 2ª, 2ªB y hasta
la desaparición, era el remate de un entrenador al que no le dejaron trabajar
en su día en el Real Madrid pero que ha conseguido llevar a dos equipos
humildes como Villareal y Málaga a la cima de Europa, el triunfo de Manuel
Pellegrini, el triunfo del Málaga el triúnfo del fútbol, si se sufrió mas de la
cuenta en los minutos que quedaban
fue porque quizas fruto de la inexperiencia el equipo blanquiazul
dio un paso atrás, y delante tenia un equipazo con raza que incluso llegó a
anotar dos goles, ambos bien anulados por sendos fueras de juego, acabó Helton
buscando un balón suelto en el área del Málaga y ya no hubo tiempo para más,como
dije al principio la gloria no existe sin sufrimientos y La Rosaleda lo comprobó
anoche, Habemus Málaga.
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